Teniendo en cuenta
criterios de eficiencia energética,
es lógico pensar en aprovechar la instalación de andamios estructuras
auxiliares para reforzar y mejorar la calificación energética del
edificio.
Para ello, existen diversos tipos de intervención que tienen que ver con la fachada como elemento importante de la envolvente térmica,
por la que el edificio intercambia energía con el ambiente. Estas
intervenciones se basan en la adición de aislante térmico, que
conllevarán importantes beneficios a costes razonables.
Centrándonos
en la disposición del aislamiento en la composición final de la
fachada, podemos establecer tres soluciones. Puede existir otras, pero
las que a continuación se exponen son las más extendidas y están
acreditadas y avaladas por Andima, la Asociación Nacional de
Industriales de Materiales Aislantes:
- Rehabilitación de fachadas con aislamiento térmico por el exterior.
- Rehabilitación de fachadas con aislamiento térmico por el interior.
- Rehabilitación de fachadas inyectando aislamiento térmico en las cámaras. Se puede ejecutar desde dentro o por el exterior.
Aislamiento térmico por el exterior
Esta
solución es quizás la más extendida, aunque requiere de ciertos
requisitos que no siempre se pueden dar. También es la actuación más
eficiente, ya que al actuar desde el exterior se corrigen todas las
situaciones de
puente térmico, evitando paramentos fríos y por tanto, la posibilidad de sufrir
condensaciones superficiales,
con la consiguiente falta de confort que conllevan. De esta forma se
aprovecha la inercia térmica del soporte, manteniendo el muro caliente.
En este sentido, y sobretodo en edificios de
ocupación permanente,
la inercia ayuda a estabilizar las temperaturas y a reducir consumos de
energía para la climatización de los espacios interiores.
Esta opción de rehabilitación de fachadas y mejora de la eficiencia energética
está especialmente indicada en comunidades de propietarios, en que se
pueda actuar sobre la totalidad del inmueble, previo acuerdo de los
ocupantes. Otras ventajas son la escasa interferencia en el día a día
del usuario, al actuar los operarios en estructuras por el exterior.
Además, no se reduce la superficie útil de las entidades.
¿Cuándo está desaconsejada esta solución?
En aquellos casos de edificios con algún tipo de protección por parte
de patrimonio, ya que supondría una alteración de las condiciones
estéticas.
Un ejemplo interesante de este tipo de rehabilitaciones es el conocido como sistema SATE, en que se aisla la fachada mediante poliestireno expandido,
se recomienda especialmente ya que aporta seguridad debido al refuerzo
que supone gracias a su capa exterior de revoco de mortero, protegiendo
la fachada de solicitaciones climatológicas, mecánicas o químicas.
Aislamiento térmico por el interior
Esta solución de rehabilitación de fachadas
se recomienda en aquellos casos en que no sea posible actuar por el
exterior, ya sea por imperativos estéticos como por cuestiones
económicas, en que no se contemple la instalación de andamios. También
se deberá tener en cuenta la pérdida de superficie útil, y si queda compensada por el ahorro debido a la elección del sistema.
También
se debe valorar la elección de este sistema en aquellos casos en que se
realicen otros trabajos de reforma en el interior del edificio, como
sustitución de pavimentos, carpinterías…
El sistema más habitual es el de añadir el material aislante dentro de una cámara de nueva formación, mediante el trasdosado
por el interior del muro de fachada. Este material puede ser
poliestireno expandido, lana de roca… El trasdosado se puede ejecutar
mediante placas de yeso laminado o bien de ladrillo cerámico.
Las ventajas más destacadas son:
- Posibilidad
de intervenciones parciales de unidades residenciales, locales… El
nivel técnico requerido no es tan alto como el sistema anterior,
pudiendo abordarse su ejecución en el marco de una reforma de otros
elementos del interior.
- No se necesitan sistemas auxiliares, por lo que se aconseja en edificios con algún grado de protección.
Finalmente, mostramos el sistema de adición de aislante mediante el relleno de la cámara existente:
Aislamiento térmico inyectando en la cámara
Consiste en el relleno de material aislante, mediante aire a presión, en el interior de las cámaras existentes
en cerramientos de fachada a través de pequeñas perforaciones, ya sea
por el interior como por el exterior. En este sentido, tiene las
ventajas ( o los inconvenientes) de los dos sistemas anteriormente
expuestos.
El material a utilizar puede ser la celulosa,
producto de alta eficiencia y bajo coste, que ofrece protección térmica
y acústica, además de control de condensación y de la humedad
ambiental.